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Isidor Boix: La hora de globalizar derechos

Isidor Boix derechos
Xavier Carbonell durante la entrevista a Isidor Boix. / Foto: ESCI-UPF

La asignatura Responsabilidad Social de las Organizaciones pretende que los estudiantes reflexionen acerca de los derechos y los posibles conflictos en el lugar de trabajo. Para ello, Xavier Carbonell entrevista a Isidor Boix, referente de la lucha sindical en España.

Los derechos de los trabajadores en el lugar de trabajo son la principal lucha a la que han servido los sindicatos desde su nacimiento a finales de la primera mitad del siglo XIX. Desde entonces, los sindicatos han batallado por mejorar las condiciones de la clase trabajadora. Esta lucha histórica es la especialidad de Isidor Boix, quien ha pasado por ESCI-UPF para hablar con el profesor Xavier Carbonell.

Isidor Boix está ligado a la lucha por los derechos de los trabajadores y la democracia desde los años cincuenta, cuando fue perseguido por el régimen franquista. Esta situación le llevó al exilio, primero en París y luego en la RDA, para después volver a Barcelona y empezar a trabajar de manera activa para el PSUC. Actualmente es miembro de la Secretaría Internacional y de Cooperación de Comisiones Obreras. También es responsable del acuerdo marco internacional de INDITEX y del bilateral con MANGO.

Durante la entrevista, Boix ha hablado de la globalización y la deslocalización, dos términos que no son nuevos y que tampoco se deberían criminalizar. Desde los años sesenta, el PIB mundial se ha multiplicado 62 veces y la pobreza se ha reducido en más de 1.000 millones de personas hasta 2015, y es China el país que más ha progresado en este aspecto. Estos datos, que extrae del Banco Mundial, también nos sirven para entender cómo esta globalización mantiene y promueve las desigualdades, por ejemplo, en este mismo periodo, la pobreza ha seguido creciendo en África.

Actualmente, en el mundo se estima que hay una población activa de unos 3.400 millones de personas, de las cuales la mitad están trabajando en empresas vinculadas a las grandes multinacionales de manera subcontratada. Al mismo tiempo que entre 1.500/1.700 millones de personas están trabajando en una economía sumergida, por tanto, sin ninguna regla o contrato que les proteja.

Esta es, según Boix, la lucha que ha de liderar el sindicalismo mundial actualmente. La globalización del comercio es una realidad, ahora se ha de luchar por la de los derechos y es a través de la solidaridad internacional y la dirección de la OIT desde donde se ha de empezar a trabajar. Esta es una batalla que ha de hacerse de manera conjunta y decidida, un ejemplo es el cierre de NISSAN, en Barcelona, donde ni el sindicalismo japonés ni el francés (sedes principales de la empresa) se han implicado en la lucha de sus compañeros en Barcelona, una cuestión que preocupa sinceramente a Boix. Otro ejemplo presentado ha sido el de Bangladesh, donde más de 4 millones de personas trabajan en el sector textil y, durante la crisis de la COVID-19, 2 millones se han quedado sin trabajo ni protección. Un hecho al que no se ha buscado una respuesta global, se han puesto en riesgo las cadenas de valor del sureste asiático y más de 1 millón de trabajadores. Esta globalización de derechos debería abogar por unas reglas de juego iguales para todos y en las que se asegure el trabajo digno, sea en Barcelona o en Tailandia, sin tener que significar esto una igualdad absoluta de salario, porque tampoco es un factor determinante en la deslocalización (el salario mínimo búlgaro es bastante más bajo que el chino, por ejemplo).

Esta igualdad de derechos será imprescindible para detener, también, la precarización del empleo de personas migrantes. Una situación crítica ahora en India, donde más de 40 millones de trabajadores han perdido su empleo y no se sabe a ciencia cierta dónde están. La globalización de derechos es el primer paso para crear herramientas que reviertan las desigualdades.

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