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El impacto del Design Thinking en la educación universitaria

Design Thinking portada
Foto: Freepik (tirachardz)

Matilde Martínez Casanovas, profesora en los másters de International Management, de Marketing Digital Internacional y en el grado en Negocios y Marketing Internacionales, comparte su visión y experiencia sobre cómo aplicar el Design Thinking y marcar la diferencia en la formación y el éxito profesional.

“Lo importante es la persona y su imaginación”. En un mundo donde la educación superior busca constantemente nuevas formas de empoderar a las mentes jóvenes, una filosofía innovadora ha surgido como un faro de creatividad y soluciones. Se trata del Design Thinking, una metodología para la resolución creativa de problemas que coloca en el centro a las personas y sus necesidades. 

Este proceso se inicia con la empatía hacia el cliente y la definición del problema, y luego avanza hacia la implementación de soluciones. Consta de 5 pasos esenciales: empatizar, definir, idear, prototipar y testear. Aunque no sigue un camino lineal, sino que es altamente iterativo, permitiendo avanzar o retroceder en cualquiera de las fases en cualquier momento. Esta metodología es aplicable en diversos sectores.

En este artículo, exploramos la historia del Design Thinking en la educación universitaria, una metodología que está transformando la forma en que los estudiantes se preparan para afrontar los desafíos del futuro y que también se convierte en una poderosa herramienta para dar forma a un futuro laboral más brillante.

Design Thinking interior B

Fuente: adaptado de Stanford y Double Diamond Design Council

Paso 1: Cultivando la semilla de la creatividad con la autenticidad

En el contexto del Design Thinking en la educación superior, se reconoce que la autenticidad es la piedra angular de la creatividad. En este primer paso, los educadores asumen el papel de guías, encargados de estimular la imaginación y el pensamiento crítico de los estudiantes. Rompen con las enseñanzas tradicionales para crear un entorno en el que las ideas fluyan libremente, sin restricciones, en línea con el principio del Design Thinking de «idear sin límites», donde se fomenta la generación de ideas sin censura.

La autenticidad no solo es el punto de partida, sino también el cimiento sobre el cual se construirá la innovación futura. Alentando a los estudiantes a ser auténticos y a abrazar su singularidad, se les prepara para abordar desafíos con creatividad y confianza. Esta promoción de la autenticidad no solo fortalece su confianza en sí mismos, sino que también les ayuda a desarrollar habilidades esenciales para la innovación.

Además, este ambiente de autenticidad les permite explorar su identidad y sus intereses, fomentando la autoexpresión y la autoconfianza. Los estudiantes se sienten empoderados para ser ellos mismos, lo que resulta de un valor incalculable para las empresas, ya que los prepara para ser activos valiosos en cualquier entorno laboral.

Este paso inicial establece las bases para un viaje transformador a través del Design Thinking en la educación superior, donde la autenticidad es el motor que impulsa la creatividad y la innovación, sentando las bases para abordar los desafíos del futuro con originalidad y confianza.

Paso 2: Estableciendo conexiones significativas a través de la empatía con el mundo real

La empatía se convierte en la pieza clave del Design Thinking en la educación superior. Aquí, los educadores se sumergen en la vida de los estudiantes, comprenden sus aspiraciones, desafíos y perspectivas únicas, lo cual también es esencial en el entorno laboral. Esta conexión genuina permite diseñar experiencias educativas personalizadas, proporcionando a los estudiantes un sentido profundo de pertenencia y propósito en su aprendizaje.

En un mundo en constante cambio, las empresas valoran cada vez más la capacidad de sus empleados para comprender las necesidades de los clientes y diseñar soluciones auténticas y relevantes. Por lo tanto, fomentar la empatía en la educación superior no solo prepara a los estudiantes para abordar problemas del mundo real, sino que también les proporciona una ventaja competitiva en uno mercado laboral en evolución.

Al enfocarse en la empatía, los estudiantes no solo ganan habilidades de comprensión interpersonal, sino que también desarrollan una conciencia más profunda de las necesidades de la sociedad. La empatía les brinda la capacidad de diseñar soluciones que abordan problemas reales, lo que será una habilidad altamente valorada en el futuro profesional.

Esta preparación integral en el Design Thinking no solo enriquece sus perspectivas, sino que también les proporciona herramientas para crear soluciones en un mundo interconectado y cambiante. Los estudiantes se convierten en agentes de cambio en una sociedad cada vez más diversa y globalizada, lo que los hace activos valiosos en cualquier empresa que busque adaptarse y prosperar en el futuro.

Paso 3: Fomentando el pensamiento audaz

En un entorno educativo impulsado por el Design Thinking, los estudiantes son incitados a desafiar lo convencional y explorar nuevas perspectivas. Aquí, el pensamiento divergente se convierte en la norma. Los educadores fomentan un ambiente donde la experimentación y la curiosidad florecen. En este espacio, los estudiantes no solo ganan la capacidad de pensar audazmente, sino también la confianza para enfrentar desafíos complejos.

El pensamiento audaz no solo impulsa la creatividad, sino que también dota a los estudiantes con la habilidad de abordar problemas desde múltiples ángulos y de encontrar soluciones innovadoras. Imagina un equipo de estudiantes que, inspirados por un profundo entendimiento empático de las necesidades de un grupo de usuarios/clientes, se aventura a proponer soluciones audaces que desafían las normas establecidas. Esta audacia en la propuesta de soluciones podría ser el punto de partida para la próxima innovación revolucionaria.

El pensamiento audaz les permite no solo ser más creativos, sino también desarrollar la confianza necesaria para enfrentarse a los desafíos con determinación y perseverancia. Estas cualidades son esenciales para la innovación en cualquier industria, ya que los problemas complejos a menudo requieren un enfoque valiente y decidido.

El Design Thinking no solo fomenta la creatividad, sino que también nutre el pensamiento audaz, equipando a los estudiantes con las herramientas necesarias para abordar los desafíos del mundo real con originalidad y confianza.

Paso 4: De la idea a la acción, convirtiendo las ideas en realidades

El Design Thinking en la educación superior va más allá de la generación de ideas. Se enfoca en transformar estas ideas en soluciones viables y prácticas. Los estudiantes adquieren la capacidad de considerar la factibilidad tecnológica y la aplicabilidad de sus propuestas. Este enfoque se centra en la ejecución, convirtiendo la creatividad en resultados tangibles.

Los estudiantes desarrollan habilidades para convertir sus ideas en proyectos con un impacto real, lo que les otorga una ventaja competitiva. Esta convergencia entre la imaginación y el pragmatismo les permite llevar sus ideas desde la conceptualización hasta la implementación concreta, es el momento dónde la teoría se convierte en acción, y donde los estudiantes experimentan el impacto transformador de sus ideas en la sociedad.

Esta habilidad para transformar ideas en acciones no solo les proporciona una ventaja en la resolución de problemas, sino que también les brinda una comprensión más profunda de la implementación práctica y los desafíos del mundo real.

Paso 5: Preparación integral para ciudadanos globales a través del Design Thinking

La educación superior impulsada por el Design Thinking no solo busca formar expertos en sus campos, sino también ciudadanos globales conscientes. Los estudiantes no solo adquieren conocimientos, sino también habilidades para abordar desafíos complejos y trabajar en equipos multidisciplinarios. Esta formación integral enriquece sus perspectivas y les proporciona herramientas para crear soluciones en un mundo interconectado. 

A través de la colaboración y la comprensión global, los estudiantes se convierten en agentes de cambio en una sociedad cada vez más diversa y globalizada. Esta preparación integral les brinda la capacidad de trabajar en equipos diversos y contribuir a un mundo más interconectado, permitiéndoles abordar problemas globales con una perspectiva amplia y una comprensión profunda de las interconexiones.

 

En resumen, el Design Thinking no solo es una metodología de aprendizaje, sino una filosofía que puede guiar tanto el desarrollo académico como profesional. Es una herramienta que nos permite abordar desafíos con creatividad y empatía, recordándonos que la educación es una vía hacia la transformación personal y social.

Imagina un mundo donde estas habilidades son las que impulsan cada solución, donde las personas con visiones y pasión para resolver problemas son la norma en lugar de la excepción. El Design Thinking está forjando una generación de individuos con mentes ágiles y creativas, líderes visionarios y solucionadores apasionados, preparados para liderar un mundo en constante evolución.

Como educadores, estudiantes o profesionales, todos tenemos un papel que desempeñar en esta transformación. Preguntémonos: ¿Cómo podemos cultivar la creatividad en nuestros entornos educativos y profesionales? ¿Cómo podemos fomentar la empatía en nuestras interacciones diarias? ¿Cómo podemos pasar de la idea a la acción y convertir nuestras soluciones en realidades?

Al abrazar el Design Thinking, estamos abriendo la puerta a un futuro en el que la innovación y el cambio se convierten en nuestro pan de cada día. Estamos preparados para abrazar el cambio y el crecimiento en un mundo en constante evolución, recordando siempre estas palabras con las que hemos iniciado este artículo:“Lo importante es la persona y su imaginación”. La educación y la creatividad son nuestras herramientas para dar forma a un mundo mejor y más brillante para todos.

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