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El “Ever Given” encallado en Suez y la quiebra de Hanjin Shipping

Ever Given Suez
Imagen de satélite de la nave Ever Given encallada el 27 de marzo en el canal de Suez. / Foto: Wikimedia Commons (Maxar Technologies)

Xavier Fornt, profesor de Banca Internacional del Máster en Comercio Exterior, compara la situación actual del barco de mercancías Ever Given encallado en el canal de Suez con las repercusiones que tuvo la quiebra de la naviera coreana en 2016.

Los tristemente célebres problemas financieros de la conocidísima naviera coreana Hanjin Shipping en 2016 originaron un enorme colapso en el tráfico marítimo de contenedores cuyas repercusiones recuerdan muchísimo a las que actualmente ha originado el enorme portacontenedores Ever Given, encallado en el canal de Suez.

Escribí entonces un artículo sobre el tema que fue publicado por el Comité Español de CCI en un libro titulado Reflexiones prácticas sobre el crédito documentario.

“Breve historia de un pobre desgraciado que quiso importar algo”

Unos grandes almacenes habían firmado con el Pobre Desgraciado (vamos a llamar así al protagonista de nuestra historia) un importante contrato para el suministro de artículos navideños. Era un pedido descomunal.

El Pobre Desgraciado hizo lo que hacía siempre. Contactó con uno de sus proveedores habituales en el sudeste asiático y cerró la compra. Precio razonable, condiciones CIF y apertura de carta de crédito pagadera a la vista a favor del asiático. Todo atado, como siempre. Acudió a su banco a solicitar la apertura del crédito, lo que su banco concedió sin problemas, como siempre. El proveedor asiático repasó la carta de crédito y, al encontrarla conforme, procedió al embarque con la Hanjin Shipping.

Todo seguía su curso normal. El proveedor asiático presentó los documentos conformes y esperó a recibir el pago. Los documentos llegaron al banco del Pobre Desgraciado que los validó conformes y lógicamente pagó, adeudando la cuenta del Pobre Desgraciado.

Dos días después, y mientras el barco seguía navegando, Hanjin Shipping se declaró en quiebra. El Pobre Desgraciado leyó la noticia, pero no fue consciente de su situación. “Todo funcionará, como siempre”, se dijo. Pero no. Cuando el buque llegó a puerto, los operadores logísticos, sabedores de la insolvencia de Hanjin Shipping, se negaron a atenderlo y descargarlo temiendo no cobrar.

¿Qué hacer? ¿A quién reclamar? La mercancía estaba pagada.

Primer paso. “Vamos a por el banco. Han pagado y me han adeudado unas mercancías que no he recibido”. Y el Pobre Desgraciado recibió la primera en la frente. El banco, cargado de razón, le argumentó que en los créditos documentarios los bancos se rigen por documentos y no por mercancías (artículo 5 de las Reglas UCP) y que los bancos no son responsables de la insolvencia de los porteadores (artículo 34 de esas mismas Reglas).

Segundo paso. “Vamos a por el seguro. Tengo una póliza a mi favor”. Y el Pobre Desgraciado recibió la segunda en la frente. La aseguradora, cargada de razón, argumentó que la póliza cubría muchos tipos de siniestro, pero no la insolvencia del transportista.

El Pobre Desgraciado dirigió sus quejas al agente de aduanas, pues era quien tenía el encargo de despachar la mercancía. Y recibió la tercera en la frente. El agente de aduanas, cargado de razón, argumentó que no podía cumplir el encargo de despachar la mercancía porque esta no había sido desembarcada.

El Pobre Desgraciado se dirigió a su proveedor. Al fin y al cabo le había pagado una mercancía que no había recibido. Y el Pobre Desgraciado recibió la cuarta en la frente. Este, cargado de razón, argumentó que, con el Incoterm CIF acordado, la obligación del vendedor es entregar la mercancía a bordo del buque y que el riesgo de pérdida o daño de la mercancía se transmite cuando la mercancía está a bordo del buque.

El Pobre Desgraciado decidió reclamar a Hanjin Shipping y, tras varios días sin respuesta, la empresa le respondió que se hallaba en situación concursal y debía ponerse en la lista de acreedores. Para emprender acciones judiciales, le solicitaban una provisión de fondos muy superior al valor de lo importado y pagado.

Mientras tanto, la Navidad se acercaba. Resignado, el Pobre Desgraciado intentó continuar con su vida normal y preparó, como siempre, las felicitaciones navideñas para clientes y proveedores, eliminando al asiático de la lista.

Recibió, como siempre, numerosas cartas y emails típicos de Navidad. Entre ellas una demanda de los grandes almacenes con los que había cerrado el acuerdo de suministro por incumplimiento de contrato.

Y al Pobre Desgraciado sólo le quedó comprar un número de lotería. Que, como siempre, tampoco le tocó.

La situación hoy

Por motivos diferentes, ahora es el Ever Given que se ha quedado encallado en el canal de Suez, lo que está produciendo un nuevo colapso en el tráfico marítimo internacional, pero vista la repercusión del nefasto incidente y sus consecuencias, parece que la historia se repite.

Según un estudio de la naviera Lloyd’s, el valor de las mercancías retenidas en el canal de Suez es de 9.600MEUR al día. Teniendo en cuenta que, según un estudio de la OMC, un 80% del valor del comercio mundial está financiado, serían 7.680MEUR atrapados y financiados para los que sigue corriendo el taxímetro de los intereses. Si suponemos un tipo medio de intereses del 3%, el coste de esta inmovilización al día serían 640.000€. Dado que el bloqueo ha durado 6 días, el coste total en concepto de intereses sería de 3.840.000€.

En tierra, miles y miles de toneladas de mercancías, también financiadas, esperan a ser embarcadas en esos contenedores que no llegan. No sorprende que la aseguradora Allianz haya fijado entre 6.000 y 10.000MUSD el coste semanal total (financiero más asegurador) de la pesada broma.

Como en otras situaciones críticas, los problemas bien gestionados se convierten en oportunidades. No hay duda que esta conflictiva situación causada por el Ever Given nos aportará cosas positivas, ya sea en forma de nuevas rutas, como la ártica, empujada también por el cambio climático, o bien nuevas modalidades aseguradoras que cubran riesgos hasta ahora descolgados.                                

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