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El primer congreso de SETAC completamente virtual

El primer congreso de SETAC completamente virtual
Foto: SETAC Europe Annual Meeting

¿Cómo es un congreso científico desde dentro? ¿Qué efectos ha tenido el coronavirus en la forma en que los investigadores de todo el mundo comparten su trabajo? La investigadora de la Cátedra UNESCO de Ciclo de Vida y Cambio Climático ESCI-UPF, Alba Bala, nos “cuela” en el congreso virtual de SETAC.

Entre el 3 y el 7 de mayo, tuve el placer de participar en el primer congreso 100% virtual organizado por la delegación europea de la organización internacional dedicada al estudio, análisis y solución de problemas ambientales SETAC (Society of Environmental Toxicology and Chemistry). Este congreso debería haberse celebrado de forma presencial en Dublín (Irlanda), pero, debido a la situación de crisis sanitaria causada por la COVID-19, los organizadores apostaron por ajustar el evento a un formato puramente online. Así, el SETAC Europe 30th Annual Meeting se rebautizó como SETAC SciCon.

Con apenas un mes para ajustar los contenidos y la organización del congreso de SETAC a este nuevo formato, es de recibo admitir que los organizadores realizaron un trabajo excelente. Desde el día anterior al inicio oficial del congreso, todas las presentaciones orales y los pósteres estuvieron colgados en un aplicativo online con un chat habilitado, mediante el cual se podían hacer preguntas o comentarios a los autores de los mismos.

Esta parte más “estática” del congreso en la que los participantes podían acceder a los contenidos bajo demanda, es decir, a su ritmo y en cualquier momento durante el congreso, fue completada por una parte más “dinámica” con sesiones de discusión en vivo por las tardes, destinadas a debatir las presentaciones y pósteres, y poner en común propuestas. Para ello, desde la misma plataforma del congreso se establecieron links a las sesiones de Zoom, presentadas por los host (anfitriones) y amenizadas por los chairs (moderadores) y co-chairs de las mismas. En algunas de las sesiones, más de 300 participantes se conectaron de forma simultánea, sin ningún tipo de incidencia técnica. Esto resultó en un formato muy ágil y productivo, a diferencia de lo que ocurre con muchos congresos presenciales en los que presentaciones y discusión se unen en sesiones más largas que invitan a la desconexión mental en algunos momentos.

Como co-chair de la sesión “Sustainability Dietary Patterns: Nutritional and Environmental Implications”, la adaptación fue sencilla. Por parte de los participantes, incluyendo la Cátedra UNESCO de Ciclo de Vida y Cambio Climático ESCI-UPF, el cambio fue apenas apreciable. Los participantes, simplemente, no tuvieron que imprimir los pósteres de la sesión para exponerlos, con el consiguiente ahorro en papel, tintas y energía. Además, en lugar de estar expuestos para responder preguntas según agenda, como ocurre habitualmente, los pósteres estaban disponibles en todo momento y recibían las preguntas a través de un chat. En este sentido, los co-chair nos encargamos de revisar todos los pósteres y las discusiones y preguntas surgidas entorno a los mismos, por si había alguna pendiente de responder o era lo suficientemente interesante como para abrirla al debate general.

Durante la sesión, y gracias la discusión surgida en el chat, se trataron cuestiones muy interesantes centradas en la necesidad de buscar un consenso sobre cómo reportar los resultados de los estudios de Análisis de Ciclo de Vida (ACV) relacionados con dietas (si en total de kg consumidos, en calorías equivalentes, etc.), así como en la necesidad de que las guías alimentarias tengan en cuenta las implicaciones ambientales de las diferentes opciones, y también los hábitos de consumo o tradición de los diferentes territorios en los que se pretenden aplicar.

En general, con el nuevo formato, el seguimiento del congreso en una situación de confinamiento resultó ser muy cómodo, pudiendo, en mi caso, establecer una rutina de visualización de las sesiones y de los pósteres de interés por la mañana, y asistiendo a las sesiones de discusión por las tardes. Y, pesar de mis dudas iniciales, he de confesar que el formato me ha convencido. No solo por la comodidad y agilidad del mismo, sino también por deformación profesional. Uno de los impactos ambientales más grandes de la organización de congresos internacionales está asociada a las emisiones de carbono de los viajes en avión de los participantes, por lo que reducir estos vuelos puede contribuir a la acción climática.

Con todo, esta experiencia me ha demostrado que otro tipo de congreso es posible así que…¡tal vez haya puesto mi granito de arena participando en el primer congreso del futuro!

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