Hoy, 24 de enero, se celebra el Día Internacional de la Educación que promueve una educación de calidad, inclusiva y equitativa para todas y todos, concienciado de su importancia para lograr un desarrollo sostenible y combatir el cambio climático.
“La educación es un derecho humano, un bien público y una responsabilidad colectiva”, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés). Así queda reconocido en el artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que exige la educación primaria gratuita y obligatoria, y en la Convención sobre los Derechos del Niño, que estipula que los países deberán hacer que la educación superior sea accesible para todos.
Además, la UNESCO remarca la importancia del acceso a oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida, sin las cuales los países no lograrán alcanzar la igualdad de género, ni romper el ciclo de pobreza que deja rezagados a millones de niñas, niños, jóvenes y adultos en todo el mundo, ni combatir los efectos del mayor desafío de nuestro tiempo: el cambio climático. Por ello, cuando se adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la comunidad internacional reconoció que la educación es esencial para el éxito de sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En concreto, el ODS 4 tiene como objetivo “garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos” para el año 2030.
Educación sobre el cambio climático
En un contexto global de crisis climática, que reclama medidas urgentes para combatir sus efectos y prevenir sus consecuencias, la UNESCO defiende que la educación es una parte esencial de la respuesta mundial al cambio climático, ya que puede ayudar a que las personas entiendan y aborden sus impactos, además de aumentar la “alfabetización climática” entre los jóvenes, fomentar cambios en las actitudes y el comportamiento y ayudarles a adaptarse a las tendencias relacionadas con el cambio climático. En este sentido, la educación sobre el cambio climático forma parte del programa de la UNESCO sobre la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS).
“El cambio climático es algo que afecta a todas las personas, con independencia del país o continente en el que residan. Alrededor del mundo, se viven las consecuencias del aumento del nivel del mar, los cambios ambientales y los fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes. En el futuro, las consecuencias podrían ser todavía peores, especialmente para las personas más pobres y vulnerables”, destacan desde la organización. Para dar respuesta a estas amenazas, “la concienciación se puede utilizar para tomar decisiones informadas, desempeñar un papel vital en el desarrollo de la capacidad de resiliencia y mitigación de las comunidades, y permitir que mujeres y hombres adopten estilos de vida sostenibles”.
Sahar Azarkamand, researcher at the UNESCO Chair in Life Cycle and Climate Change at ESCI-UPF, shares the outcomes of the projects she presented at the 14th LCAFood 2024 International Conference, which was celebrated last week in Barcelona.
The UNESCO Chair in Life Cycle and Climate Change at ESCI-UPF researcher, Ilija Sazdovski, participated in the Energy Community Summer School with a group work session on sustainability and energy planning.
Cristina Campos, investigadora de la Cátedra UNESCO de Ciclo de Vida y Cambio Climático de ESCI-UPF, ha participado en los cursos de verano de la Universidad de Cantabria (UC) en una ponencia en la que abordó el turismo rural desde una perspectiva ambiental y presentó el proyecto GREENTOUR.
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