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Los Países Bajos, la VOC y el nacimiento del capitalismo

La Compañía de las Indias Orientales revolucionó el comercio marítimo internacional

VOC Compañía Indias Orientales
Cuadro de Ludolf Bakhuizen con la flota de la VOC junto al almacén de la Compañía en la isla de Oostenburg (1696). / Imagen: Wikimedia Commons

La fundación de la República de los Países Bajos marcó un precedente clave para el sistema financiero y económico actual. Gracias a este sistema, la VOC se convirtió en la empresa más poderosa del mundo.

La constitución de la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales o VOC, por sus siglas en neerlandés (Vereenigde Oostindische Compagnie), en 1602 marcó el inicio del comercio marítimo moderno y revolucionó el comercio internacionaI. Hoy en día la VOC sigue siendo la empresa más valiosa que jamás haya existido.

Datos históricos

Cuando Carlos V murió, los territorios de los Países Bajos pasaron a formar parte de la Monarquía Hispánica. El gobierno centralizador de Felipe II, junto con el aumento de los impuestos y el rigor con que se aplicó el dogma católico sirvieron para avivar las diferencias entre regiones.

Los choques entre calvinistas y católicos, y las discrepancias entre la Monarquía Hispánica y la nobleza holandesa dieron pie a la Guerra de los 80 años que terminó con la Paz de Westfalia (1648) por la que se reconoció la independencia de las Provincias Unidas de los Países Bajos.

La época dorada neerlandesa

Las malas cosechas en el sur de Europa promovieron un crecimiento de las exportaciones desde el Báltico, lo que proporcionó enormes ingresos a las ciudades neerlandesas. Este crecimiento económico atrajo a miles de migrantes: desde judíos sefardíes españoles y portugueses a comerciantes italianos o alemanes. Los Países Bajos se convirtieron en un crisol de culturas.

En este entorno multicultural, la burguesía urbana pasó a ser el auténtico poder económico y político. Se estableció un estado burgués precapitalista donde una parte de la población se benefició de una riqueza que les permitió acceder a bienes de consumo anteriormente reservados a la nobleza (literatura, pintura, instrumentos musicales, etc.).

Pero la auténtica revolución económica fue el nacimiento del sistema financiero moderno. En Ámsterdam, en 1598, se fundaron la Assurantiekamer (Cámara de seguros) que mediaba entre inversores y aseguradoras y, en 1609, el Wisselbank (Banco de Cambio) que estableció un sistema monetario estable y funcionó como centro de transferencias internacionales. Una revolución que culminó con la apertura en 1611 del edificio de la Bolsa de Valores de Ámsterdam o la Koopmansbeurs. Esta sede dotó a la ciudad de un centro oficial destinado al comercio de acciones, aunque la mayoría de los tratos se realizaban en las tabernas.

A por las Indias Orientales

Los portugueses dominaron las rutas comerciales con Asia desde la época de Magallanes, pero a finales del XVI su poderío se vio mermado. En 1595 empezaron a fletarse embarcaciones por iniciativa privada desde los Países Bajos. Se trataba de expediciones que financiaban un solo viaje, por lo que si fracasaba, se perdía la inversión.

La alta competencia hizo que el mercado fuera muy volátil, además de convertir el mar en un campo minado de enemigos para las flotas neerlandesas. Ante esto, se hizo evidente la necesidad de hacer expediciones conjuntas: la primera, en 1600, reunió a las diversas compañías de Ámsterdam.

Ese mismo año, los británicos constituyeron la EIC (East India Company), otro rival comercial para los neerlandeses. Por este motivo se decidió crear una única compañía que se hizo con el monopolio del comercio con las Indias Orientales.

VOC Imperio

Un comerciante de la VOC , seguramente Jakob Martensen, junto a su esposa. Cuadro de Aelbert Cuyp hacia 1640-1660. / Imagen: Google Arts & Culture (Rijksmuseum)

La VOC, un imperio

En 1602 se firmó la carta de fundación de la Vereenigde Oostindische Compagnie que ostentó el derecho de importación con las Indias Orientales durante 21 años. Un monopolio que impidió navegar entre el este del Cabo de Buena Esperanza y el oeste del Estrecho de Magallanes a cualquier barco neerlandés que no fuera de la VOC.

Por primera vez en la historia, una compañía privada disfrutó de los derechos de explotación comercial de un territorio de ultramar. Para “gobernar” esta empresa, se crearon seis cámaras de comercio en seis ciudades y a cada una se le asignó un peso con el número de acciones de la empresa: Ámsterdam, un 50%; Zelanda (con sede en Middelburg), un 25%; y Delft, Rotterdam, Hoorn y Enkhuizen, un 6,25% cada una. Se creó una administración central, la Heeren XVII (los diecisiete señores), que representaba a cada cámara y que controlaba la empresa a través de reuniones (2 o 3 anuales): estudiaban las finanzas, los almirantes rendían cuentas, se decidía la lista de encargos y se valoraban los reportes enviados desde Yakarta. Ambas medidas sirvieron como seguro para el resto de cámaras de que Ámsterdam no se haría con el monopolio de las decisiones de la VOC.

La empresa se fundó como una Sociedad Anónima que se financió con la venta de acciones que debían durar 10 años, algo que no se respetó y que hizo que los propietarios iniciales fueran los mismos hasta que quebró en 1797; y que, según los estatutos, cada vez que se superase el 5% de beneficios, se repartirían dividendos entre sus accionistas (los primeros años no se cumplió, pero llegaron a repartir dividendos por unos beneficios de hasta el 18%).

Pese a la pérdida de poder de Portugal, había una seria rivalidad por hacerse con los mejores tratos y enclaves comerciales en las Indias Orientales. Esto explica que a la VOC se le dieran permisos de estado como la capacidad de declarar guerras o tener un ejército propio. Tuvo una fuerza armada que hizo lo necesario por beneficiar a su compañía: desde el enfrentamiento con los británicos y los portugueses, hasta el genocidio de tribus como en las Molucas o en la Isla de Banda, donde exterminaron a toda la población y la reemplazaron por esclavos africanos para que explotaran las plantaciones.

Una demostración del espíritu puramente económico de esta incursión en territorios asiáticos es que la VOC en ningún momento buscó conquistar grandes extensiones de tierra, sino que se quedaban en las zonas costeras y productivas, las más rentables para ellos. Algunas de las regiones conquistadas fueron Banda, Molucas, Taiwán, el Cabo de Buena Esperanza, Ceylán o el Norte de Java, donde fundaron su capital administrativa: Yakarta.

La explotación de las regiones conquistadas, el comercio con estados con los que firmaron contratos de exclusividad (muchas veces por la fuerza) y los tratos con los grandes imperios asiáticos convirtieron en pocos años a Ámsterdam en el principal puerto de entrada de especias y artículos de lujo en Europa. Para hacernos una idea, durante su existencia (1602-1797), la VOC quintuplicó en carga lo que había importado la EIC británica. Las razones que explican esta diferencia son diversas: la inversión de capital neerlandés fue desde el principio mucho mayor, lo que permitió construir muchos más barcos y mejores que sus competidores, por ejemplo. Otro de los movimientos que hizo de la VOC la empresa más poderosa del mundo fue crear y gestionar un mercado intra-asiático que beneficiaba a las naciones de la zona, pero que en definitiva servía a los intereses de la compañía neerlandesa.

A partir de la década de los treinta del siglo XVIII la VOC empezó a experimentar los primeros atisbos de debilidad. Factores como la centralización de las operaciones en Yakarta o la importancia del mercado intra-asiático en las actividades de la compañía, antes beneficiosas, se habían convertido en un lastre. Además, los ataques británicos redujeron la flota de la VOC a la mitad, lo que hundió definitivamente la compañía. En 1796, la Vereenigde Oostindische Compagnie se declaró en bancarrota y fue nacionalizada por la república, que pasó a controlar los territorios de la empresa.

El gris Siglo de Oro

El siglo XVII neerlandés, especialmente en Ámsterdam, fue (hasta 1672) un siglo de crecimiento económico y cultural que historiográficamente dio lugar al término de la Gouden Eeuw (la época dorada o el Siglo de Oro). Este término definió el momento en que los Países Bajos asaltaron la modernidad y desarrollaron los fundamentos del sistema económico actual.

La prosperidad que trajo este primer capitalismo, basado también en las altas tasas que pagaban los ciudadanos y la asistencia social, no ha de hacer olvidar que la esclavitud fue uno de los pilares fundamentales de este sistema. Esto es lo que defienden actualmente grupos activistas como Graeuwe Eeuw (época gris) que exigen el reconocimiento histórico de cómo el pasado colonial y el esclavismo fueron pilares fundamentales para convertir Ámsterdam en la “Reina de Europa”.

 

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