ECOtwins Second Annual Meeting
26/07/2024
The UNESCO Chair in Life Cycle and Climate Change at ESCI-UPF participated in the second annual meeting of the ECOtwins project, held at the University of Copenhagen on July 18th and 19th.
Para fabricar un vaquero se necesitan unos 7.500 litros de agua, el equivalente a la cantidad que bebe una persona promedio en siete años. ¿Algo falla, verdad? Parece que hayamos olvidado que los recursos naturales son finitos y que el coste de ir a la moda siempre será mucho más caro que su precio.
Según la ONU, el modelo dominante en el sector es la “moda rápida”, que ofrece a los consumidores cambios constantes de colecciones a bajos precios y alienta a comprar y desechar ropa con frecuencia. Además, esta tendencia de comprar y desechar frecuentemente siguiendo los dictados de la moda es responsable de una amplia gama de efectos negativos en el ámbito social, económico y ambiental, advierte la organización.
Y es que el sector de la moda y confección genera impactos significativos sobre los recursos naturales (finitos, conviene recordarlo), siendo uno de los mayores usuarios del agua en todo el mundo (es responsable del 20 % de las aguas residuales del planeta), y representa aproximadamente el 6,7 % de los impactos climáticos mundiales. Pero esta industria no solo explota los recursos naturales, sino que, a menudo, también explota laboralmente a las personas como sucede, por ejemplo, en la industria textil india.
Por ello, la ONU subraya la importancia de garantizar que la ropa se fabrique de la manera más sostenible y ética posible, mientras que los expertos en sostenibilidad llaman la atención acerca de las proyecciones del consumo general de ropa que estiman que este se duplicará para 2030.
Sostenibilidad aplicada a la moda
Desde una perspectiva orientada a los negocios, los expertos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) definen la sostenibilidad como “el desarrollo físico y las prácticas operativas institucionales que satisfacen las necesidades de los usuarios actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades, particularmente con respecto al uso y desperdicio de recursos naturales. Las prácticas sostenibles apoyan la salud y vitalidad ecológica, humana y económica. La sostenibilidad supone que los recursos son finitos y deben usarse de manera conservadora y sabia con miras a las prioridades a largo plazo y las consecuencias de las formas en que se utilizan los recursos”.
“Las prácticas sostenibles apoyan la salud y vitalidad ecológica, humana y económica”, según los expertos en sostenibilidad de UCLA.
Esta definición aplicada a la moda supone “un enfoque holístico para el diseño, producción, venta, consumo y uso de ropa, accesorios y calzado que conserva y restaura los ecosistemas respetando y protegiendo los derechos humanos y posibilitando el desarrollo equitativo de las comunidades”, según los expertos en sostenibilidad de Kering y el London College of Fashion. Es decir, considerar el modo en que se diseña la ropa: “qué materiales se utilizan y cómo se obtienen, cómo se fabrica la ropa, quién participa en estos procesos y qué condiciones económicas y laborales enfrentan, cómo se transportan los productos en todo el mundo, a qué velocidad se consumen y tiran, cómo cuidamos nuestra ropa, y qué sucede cuando la tiramos”. De este modo, los expertos insisten en la importancia de considerar el ciclo de vida completo de las prendas para transformar la industria y lograr la sostenibilidad.
Los ODS en la moda
Para conseguir aplicar la sostenibilidad a la moda, los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas son el mejor aliado de la industria. Están formulados para erradicar la pobreza, promover la prosperidad y el bienestar para todos, proteger el medio ambiente y hacer frente al cambio climático a nivel mundial. Para alcanzarlos, los expertos en sostenibilidad de Kering y el London College of Fashion reclaman la asociación de gobiernos, empresas y ciudadanos por igual, para garantizar que dejemos un planeta mejor para las generaciones futuras, y esto incluye también a la industria de la moda.
Según los expertos, objetivos como el ODS 1 para erradicar la pobreza o el ODS 5 sobre igualdad de género son especialmente relevantes en una industria en la que más del 90 % de sus 75 millones de trabajadores no tienen posibilidad de negociar sus salarios o sus condiciones de trabajo y alrededor del 80 % de los cuales son mujeres. También son relevantes el ODS 13 para la acción climática y el ODS 14 para frenar la contaminación marina, que se enfrenta al reto que suponen los microplásticos para los océanos (la ropa y los textiles son la fuente número uno de microplásticos primarios para los océanos y representan alrededor de un tercio del total mundial). Además, los efectos negativos de las tendencias actuales en la industria amenazan el ODS 15, que gira en torno a la vida en la tierra para garantizar ecosistemas sostenibles y detener la pérdida de biodiversidad.
Mención aparte necesita la relación de la industria de la moda con el ODS 12 para garantizar patrones de consumo y producción sostenibles, cuyas metas incluyen además el derecho del consumidor a estar informado para conocer los problemas del desarrollo sostenible y poder escoger con libertad. Aquí es donde entra en juego la acción individual a la hora de escoger una u otra prenda, una u otra tienda, con criterios sostenibles. Cada decisión, cada elección y cada acción cuenta, recuerdan los expertos.
26/07/2024
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22/07/2024
Cristina Campos, investigadora de la Cátedra UNESCO de Ciclo de Vida y Cambio Climático de ESCI-UPF, ha participado en los cursos de verano de la Universidad de Cantabria (UC) en una ponencia en la que abordó el turismo rural desde una perspectiva ambiental y presentó el proyecto GREENTOUR.
13/06/2024
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