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Microplásticos

¿Sabías que cada semana ingerimos el plástico equivalente a una tarjeta de crédito?

  • 20/02/2020
  • 5 mins reading time
¿Sabías que cada semana ingerimos el plástico equivalente a una tarjeta de crédito?
Foto: Microplásticos. 5Gyres - Oregon State University.

Laura Blasi y Mar Figuerola, alumnas de la asignatura Gestión de la Sostenibilidad del Grado en Negocios y Marketing Internacionales de ESCI-UPF, nos explican todo lo que debemos saber sobre los microplásticos.

Según un estudio encargado por World Wildlife Fund (WWF) y realizado por la Universidad de Newcastle (Australia), una persona podría llegar a ingerir semanalmente unos 5 gramos de plástico, el peso equivalente a una tarjeta de crédito.

Desde que se inventara hace más de un siglo, en el mundo se han producido unos 9.000 millones de toneladas de residuos plásticos, de los cuales solo un 9% se ha reciclado, el resto acaba en basureros, vertederos, incineradoras o en el medio ambiente. Además, de todos estos residuos plásticos que generamos a nivel mundial, según Greenpeace, un 10% son vertidos en los mares y océanos anualmente, lo que son unos 8 millones de toneladas, el peso equivalente a 800 veces la Torre Eiffel o cubrir 34 veces la isla de Manhattan. Cada segundo, más de 200 kg de plásticos entran en los océanos. Greenpeace también apunta que se estima que actualmente la cantidad de plásticos que se encuentran flotando en el mar es de entre 5 y 50 billones de fragmentos, sin tener en cuenta los plásticos que se encuentran en el fondo marino y en las playas.

El ciclo de vida del plástico

Una vez nos deshacemos de un objeto de plástico, este puede ir directamente a un vertedero y puede ser incinerado o bien reciclado. Sin embargo, muchos de ellos acaban en ríos, mares y océanos a través del drenaje de aguas de las zonas urbanas. Por sus características, la materia plástica es muy estable y tarda mucho tiempo en biodegradarse (entre 150 y 1.000 años, según el grosor, tipo de plástico y las condiciones ambientales). Una vez es vertida en los océanos, este periodo de biodegradación aumenta aún más. De esta manera, una vez que el plástico llega al océano se fragmenta en partes más pequeñas, convirtiéndose en microplásticos que acaban siendo ingeridos por los animales marinos y, a través de la cadena alimenticia, pueden llegar hasta nuestros platos.

Los microplásticos en los alimentos

Todos los días ingerimos pequeñas piezas de plástico, a menudo microscópicas, con nuestros alimentos y bebidas, o incluso con el aire que respiramos. Según un estudio realizado por la Universidad de Heriot-Watt (Escocia), cada comida que tomamos diariamente podría contener, en promedio, más de 100 diminutas partículas de plástico.

Tal y como recoge un estudio efectuado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en el que se analizan 102 alimentos procedentes del mar, el 68% de estos alimentos contienen microplásticos, en concreto dos sustancias plásticas altamente tóxicas para la salud, las microfibras y los microfilms. Los principales alimentos en los que se han detectado microplásticos son la cerveza, la miel, la sal de mesa, el pescado, los mariscos y el agua.

Además, según un estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el marisco es la principal fuente de preocupación con respecto a la exposición a microplásticos, debido a que las partículas de plástico terminan en el fondo marino donde viven los crustáceos. Los moluscos, a su vez, actúan como auténticos filtros que retienen todo tipo de contaminación y muchos peces comen plástico como si de plancton se tratara. Estas partículas se concentran en los sistemas digestivos, incluso se pueden llegar a filtrar hasta los músculos, por lo que hace muy difícil su limpieza absoluta. De esta manera, los microplásticos se encuentran en pescados de habitual consumo humano como el bacalao.

¿Qué impacto podrían tener los microplásticos en la salud?

Aunque los efectos a largo plazo de los microplásticos en nuestra salud aún no son del todo conocidos, tal como se indica en el estudio de WWF, algunas tipologías de plásticos contienen productos químicos y aditivos que podrían afectar a la salud humana. Además, el estudio indica también que se ha comprobado que algunos de estos materiales pueden impactar en la fertilidad, la función sexual y aumentar la incidencia de mutaciones y cáncer.

Por ello, en agosto de 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó un comunicado para pedir más investigación sobre los efectos que tienen los microplásticos en el medio ambiente y en la salud humana, después de haber lanzado el análisis de la investigación relacionada con los microplásticos en el agua potable.

¿Cómo podemos reducir el uso de plástico de nuestras vidas?

En las últimas décadas, hemos llegado a generar una cantidad de residuos plásticos tan elevada que actualmente somos incapaces de hacer frente a todos ellos. El impacto que pueden llegar a tener los plásticos y los microplásticos en nuestra salud y en el medio ambiente nos comienza a generar una gran preocupación. Es evidente que no podemos seguir con estos niveles de consumo y que es necesario un cambio drástico por parte de toda la sociedad para mitigar la presencia de este material en nuestras vidas cotidianas. Hay aplicaciones para las que es muy difícil sustituir el plástico, por razones de peso, estabilidad, etc., sin embargo hay otras más inmediatas.

Para dar paso a este cambio, proponemos 8 acciones sencillas que podemos llevar a cabo en nuestro día a día:

  1. Al hacer la compra, utilizar bolsas reutilizables (de tela) y recipientes, o llevar e el carrito
  2. Llevar siempre una botella de agua reutilizable, como una cantimplora de aluminio o botella de cristal, en lugar de comprar agua embotellada
  3. Comprar alimentos a granel, en lugar de productos envasados en plástico
  4. Reutilizar los envases de vidrio
  5. Evitar los plásticos de un solo uso, como los que se utilizan en el empaquetado, cocina y consumo de alimentos, y todos aquellos productos de usar y tirar como pajitas, mecheros, bastoncillos…
  6. Reciclar todos aquellos residuos que ya no pueden tener otro uso
  7. Leer la composición de la ropa y optar por comprar fibras naturales, como el lino y el algodón, en lugar de fibras sintéticas, como elastano y poliéster, que durante la erosión por uso y lavado desprenden microplásticos
  8. Antes de comprar un producto de plástico, localizar otro de segunda mano o buscar una alternativa de otro material

 

¿Sabías que cada semana ingerimos el plástico equivalente a una tarjeta de crédito?

Foto: Laura Blasi y Mar Figuerola nos explican todo lo que debemos saber sobre los microplásticos

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