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Pobreza energética en España

España tiene resultados ligeramente peores que la media de la UE en materia de pobreza energética

  • 18/07/2019
  • 2 mins reading time
Pobreza energética España
Foto: Burak K, Pexels

Alrededor de un 25% de la población residente en España no podía mantener su vivienda con una temperatura bastante fresca en verano, en 2007 y 2012, según el último estudio sobre pobreza energética de la Asociación de Ciencias Ambientales.

¿Qué es la pobreza energética? El Observatorio de la Pobreza Energética de la UE, EPOV, explica que el calor adecuado, la refrigeración, la iluminación y la energía de los aparatos eléctricos son los servicios esenciales necesarios para garantizar un nivel de vida decente y la salud de los ciudadanos. Por lo tanto, la pobreza energética se produce cuando el hogar sufre la falta de servicios energéticos adecuados.

Recientemente, EPOV ha publicado un nuevo informe de los Estados miembros que ofrece una visión general de la situación de la pobreza energética en España, señalando que tiene resultados ligeramente peores que la media de la UE en los indicadores reportados para el hogar. “El 8,0% de los hogares no pudieron mantener la casa adecuadamente cálida en 2017 y el 7,4% tienen deudas en facturas de servicios públicos”. En cuanto al gasto, España está por debajo de la media de la UE: “El 15,2% de los hogares gastan más del doble de la media de la energía, y el 13,0% dedica menos de la mitad de la media”.

En los últimos diez años se han publicado varios estudios sobre pobreza energética desde la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) en España. El más recientemente de los cuales se publicó en abril de 2018 y muestra datos actuales sobre la incidencia de este fenómeno en el Estado: “En 2007 y 2012, alrededor de un 25% de la población no podía mantener su vivienda con una temperatura bastante fresca en verano”, indica. “Se trata de cifras relativamente similares a las obtenidas para el conjunto de la UE”, añade.

Según este estudio, en el año 2016, un total de 6,8 millones de personas, el equivalente al 15% de la población residente en España, estarían sufriendo temperaturas inadecuadas en la vivienda o retraso en el pago de recibos, o ambos. De estas, 2,8 millones de personas declararon tener dos o más retrasos en el pago de recibos en los últimos 12 meses, un 6% de la población.

Al evaluar cuántos de los hogares que se declararon incapaces de mantener su vivienda a una temperatura adecuada se vieron obligados a dejar de contar con algunas de sus fuentes habituales de energía, se ha encontrado que el 2% de la población, cerca de 900.000 personas residentes en España, sufrió algún tipo de desconexión de suministro energético en su casa en 2016. “Se trataría, por tanto, de un sector de población con un alto nivel de vulnerabilidad”, señala el estudio.

Medidas para combatirla

Con el fin de combatir la pobreza energética, la ACA recomienda priorizar las medidas estructurales como la rehabilitación energética de edificios o la mejora de la información y formación de la ciudadanía para su empoderamiento, en paralelo al desarrollo de medidas paliativas.

En este contexto, tal como apunta EPOV, a nivel regional y local, hay un interés activo de los investigadores que trabajan en indicadores y recursos para combatir la pobreza energética, como es el caso del Observatorio de la Pobreza Energética de Gipuzkoa. Mientras tanto, paralelamente se están implementando políticas de pobreza energética. En Barcelona, ​​por ejemplo, los puntos de asesoramiento energético de Barcelona evitaron 5.000 cortes de luz en su primer año.

A nivel nacional, una medida importante para abordar la pobreza energética es el bono social de electricidad, que implementa un descuento en la factura eléctrica para los consumidores vulnerables. Además, la Ley 8/2013 de renovación de edificios incluye la lucha contra la pobreza energética como objetivo y prioriza las medidas de eficiencia y ahorro energético. Finalmente, la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética 2019-2024 aprobada por el Gobierno español en marzo de 2019 reduciendo, al menos, en un 25% los indicadores actuales pero buscando llegar al 50%.

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