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Un mundo revolucionado

Solana clama por una gobernanza en un clima de creciente aislacionismo

  • 09/04/2019
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Javier Solana, invitado a la Asamblea general de AECOC 2019 celebrada en Barcelona recientemente. / Foto: Wikipedia

La asamblea general de socios de AECOC invitó a Javier Solana para que ofreciera una visión de los problemas actuales de Europa. Y lo que hizo fue, además de hablar del Viejo continente, hacer un repaso a los asuntos mundiales. Su receta: más gobernanza internacional y menos aislacionismo.

El que fuera secretario general de la OTAN (1995-1999) y Alto Representante para las Relaciones Exteriores y de Seguridad de la UE (1999-2009) ofreció a los asistentes un repaso a los asuntos internacionales más candentes. Solana empezó por reconocer que el mundo se ha acelerado y revolucionado en fechas recientes, “pocas veces han sucedido tantas cosas, en tan poco tiempo y tan profundas”.

Empezó su viaje en el tiempo por el 11-S, cuando irrumpieron en el mundo global “actores no estatales con más fuerza e influencia que muchos estados”. La referencia a Al-Qaeda y al terrorismo yihadista no escapó a nadie, como tampoco una decisión que cambiaría para siempre las relaciones comerciales mundiales: “la entrada de China en la OMC en diciembre de 2001”.

Pero si hay algo en lo que Solana mostró una honda preocupación fue el giro que han dado los EEUU de Trump en el contexto internacional: la primera potencial mundial, firme convencida de la interdependencia y multilateralidad, ha mutado, dijo, y “con el American first apuestan por el fin de la colaboración y la cooperación”.

Un cambio en profundidad que, además, en su opinión, no tiene vuelta atrás: el post trumpismo no significará volver a los tiempos de Obama y Clinton, señaló el político madrileño. En EEUU, han tomado conciencia de los riesgos que supone la irrupción de China en el panorama internacional. Tienen miedo y la tratarán como el rival estratégico que consideran que ya es.

En este sentido, el que fuera el primer Mr. Pesc de la UE (acrónimo que hacía referencia a la política exterior y de seguridad común), analizó los cambios que se están produciendo en el gigante asiático. Solana señaló que la transformación ha sido profunda. Por un lado, el nuevo liderazgo de Xi es personalista y eso es un punto de inflexión claro desde los inicios reformistas de Deng Xiao Ping. Si a eso se le añade que han cambiado las normas para asegurar la reelección ad eternum del máximo dirigente chino, se abren un sinfín de posibilidades de hiperliderazgo que “no acaban de agradar en Europa”.

Por otro lado, Solana puso de manifiesto la radical transformación de China, la hasta ahora líder de los países emergentes. ¿Qué ha pasado? “Que de la soja y los tornillos, hemos pasado a una China en la frontera del conocimiento”, a un nivel como el de EEUU o la UE, sinó superior en algunos campos. Solana destacó, de manera especial, los grandes avances chinos en inteligencia artificial y en investigación médica.

En relación a Europa, reconoció de manera muy gráfica “la suerte que hemos tenido se llama Mario Draghi”. Así, tras la crisis de la eurozona, quedan retos pendientes, y a cual más importante: pactar el relevo al frente del BCE, la herencia de la crisis, gestionar el Brexit y, finalmente, las elecciones al parlamento europeo de mayo.

Sobre este último asunto fue sucinto en su análisis: los democratacristianos, desaparecidos; los socialdemócratas, no muy boyantes y, frente a ellos, “el auge del populismo, el nacionalismo y otros ismos”. El resultado será un parlamento mucho más fragmentado y polarizado, de gestión complicada, pero que ganará mucha notoriedad en el debate público y político.

De los británicos y su tortuoso Brexit, Solana vino a decir que la pérdida de prestigio para el Reino Unido ha sido grande, que no cree que se celebre un segundo referéndum, aunque llegado el caso el resultado sería el de remain, y que la mejor solución, a su entender, “es la unión aduanera, que es la que mejor resuelve el escollo de la frontera irlandesa”.

Dos últimos asuntos centraron su intervención: la OTAN, ahora que justo se celebra el 70 aniversario de su fundación, y Rusia. De la organización militar, de la que él fue secretario general en los 90, dijo que Europa debería de articular una estrategia que se basara en integrar más y mejor sus fuerzas de seguridad y defensa. Sería la mejor respuesta a las demandas y quejas de Trump. En este sentido, apuntó que, en el marco del vínculo transatlántico, se ha de repensar la relación y que esta sea “más equilibrada”.

Y finalmente, sobre Rusia, Solana fue lacónico a la par que contundente. Desde su punto de vista, la Rusia de Putin es un país en decadencia, que no está bien gobernado y que, con un PIB que es mayor que el de España pero menor que el de Italia, no se puede aspirar a liderazgos globales.

En conclusión, Solana ve el mundo actual en el que los problemas son globales y hay que trabajar, todos juntos, para resolverlos: desde la paz al cambio climático. Y concluyó señalando que “no habrá gobierno mundial, pero debería de haber gobernanza mundial”.

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