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Descubrir Barcelona en verano (y no morir en el intento)

Guía práctica para aprovechar las vacaciones en la Ciudad Condal

Barcelona
Vista del Eixample. / Foto: Shutterstock

Puede que acabes de llegar a la ciudad y no sepas por dónde empezar. O puede que durante el curso vivas en Barcelona, pero que con el ajetreo de clases y trabajo apenas la hayas podido disfrutar. En ambos casos, este es el artículo que te acercará a lo mejor de la ciudad.

Cualquier blog en internet, guía o post os dirá que no podéis perderos los edificios de Gaudí (Sagrada Familia, Casa Batlló, La Pedrera o Casa Milá, el Park Güell…). Seguro que visitaréis la catedral, recorreréis el barrio gótico, el Paseo de Gracia y las Ramblas, y disfrutaréis de la vida en el Parc de la Ciutadella y el Born. Quizás los más informados iréis a disfrutar de las vistas desde los búnkers. Pero aquí no os vamos a recomendar lo que ya habéis encontrado en otros sitios.

Todos sabemos que agosto en Barcelona puede llegar a ser insoportable gracias a dos ingredientes que nunca fallan: el calor bochornoso y la marabunta de turistas que llenan las calles principales a la caza del mejor selfie. Pero no estamos aquí para desanimaros. Os queremos proponer unas cuantas ideas para descubrir la ciudad y que le saquéis el máximo partido.

El verano es un buen momento para ir a visitar museos. Como en una buena oferta del super, saldréis ganando con un 2×1: por el precio de una entrada, tendréis una interesante propuesta cultural y aire acondicionado para combatir el calor exterior. Algunos de los más conocidos, como el Picasso o la Fundació Joan Miró, suelen estar bastante llenos en estas fechas y, a menos que no os asusten las largas colas bajo el sol, no son la mejor opción.

Otros dos museos muy conocidos son el MACBA, el museo de arte contemporáneo situado en el corazón del Raval y el MNAC, el museo de arte catalán (desde la Edad Media hasta el siglo XX) que cuenta con unas espectaculares vistas sobre la plaça Espanya. Estos dos últimos, aunque reciban muchos visitantes durante el día, son lo bastante grandes como para no agobiaros ni haceros sentir dentro de una lata de sardinas.

Pero en Barcelona también hay otras pequeñas joyas que no os podéis perder. A muy poca distancia, en pleno Eixample, podéis encontrar la Fundación MAPFRE, el Museu del Modernisme Català y el Museu Egipci. El primero se encuentra en un antiguo edificio modernista y acoge exposiciones temporales de arte contemporáneo; el Museu del Modernisme reúne una gran colección de piezas de arte decorativas; y el Museu Egipci os hará sentir como Indiana Jones en En busca del Arca Perdida.

Otra de las grandes actividades del verano es ir a la playa. Y es que lo más normal del mundo es que os apetezca daros un baño (¡o más de uno!) para sofocar el calor. Aunque la Barceloneta sea un buen sitio para salir a dar un paseo y hacer deporte, hay playas que merecen salir de la ciudad. La primera que os recomendamos es la playa de Montgat, donde podéis llegar cómodamente en tren con la misma T-10 que os sirve para viajar dentro de Barcelona.

Pero si tenéis ganas de explorar, a menos de 1 hora RENFE también os lleva en tren a Sitges, el Garraf o Caldes d’Estrac pagando un poquito más. De la estación de Sants salen y llegan todas las líneas. Eso sí, no os podemos garantizar paz y tranquilidad: en agosto, vayáis donde vayáis, las playas van a estar llenas. Y si no os gusta el mar y, como las cabras, tiráis más para el monte, al lado de la ciudad tenéis el parque de Collserola. Allí, rodeados de naturaleza, podréis hacer una caminata o ir a dar un paseo en bici.

Sitges

Playa de Sitges. / Foto: Wikipedia

Barcelona también es conocida por su gastronomía. Existen pocas cosas más apetecibles que tomarse una cerveza bien fría en verano, pero tenéis que saber que la facilidad para encontrar una terraza en Barcelona es proporcional a la cara de tontos que se os puede quedar cuando pidáis la cuenta. Así que hay que estar atentos a la hora de escoger local. Una de las normas que os tenéis que grabar a fuego es evitar las Ramblas a toda costa: nada de pedir paellas de color fosforito ni sangrías de tetrabrik en la calle más famosa de la ciudad.

Si queréis autenticidad, encontraréis buenos bares de tapas en la Barceloneta (¡no podéis iros de la ciudad sin haber probado las bombas!) y en la calle Blai del Poble-sec. Pero si lo que queréis es hacer pasar el calor de un trago, lo que os va a solucionar la vida es una buena horchata. Tres de las horchaterías con más historia de Barcelona son La Valenciana, en la calle Aribau; la horchatería Sirvent, en la calle Parlament; y El Tío Che, en la Rambla del Poblenou.

Para combatir el calor también encontraréis heladerías que no tienen nada que envidiar a las que podéis encontrar en Italia. DelaCrem, situada en la calle de Enric Granados, es todo un referente en helados artesanos, donde podréis probar los sabores clásicos com el pistacho o la fresa o helados más arriesgados como el de crema de azafrán. Si sois de los que os atrevéis con los sabores sorprendentes, Gocce di Latte, en el Pla de Palau, es vuestra heladería. Podréis degustar sabores tan extraordinarios como el de chocolate con aceite y sal, el de manzana con canela o el de rosas. Otra de las heladerías con más fama es Gelaaati di Marco, situada en pleno barrio Gótico. Con más de veinte años de experiencia, este maestro heladero italiano elabora sus helados con productos de primera calidad traídos directamente desde su tierra natal.

Y por último, hablemos de fiestas. El verano es, sin lugar a dudas, el mejor momento para salir de discotecas y zulos con música a alto volumen y disfrutar de las fiestas en la calle. Las dos más populares son las Festes de Gràcia y las Festes de Sants. Las de Gràcia son las más multitudinarias y se celebran entre el 15 y el 21 de agosto. El gran aliciente de estas fiestas, además de los conciertos y las actividades de todo tipo, es el concurso de adornos de las calles, en el que trabajan los vecinos del barrio durante todo el año. Aunque últimamente están muy llenas y cuesta pasearse, y siempre llueve alguno de los días, continúan mereciendo la pena.

Otra buena alternativa son las Festes de Sants, que se celebran justo después, entre el 24 de agosto y el 1 de septiembre. Mucho menos masificadas que las de Gràcia, también cuentan con calles adornadas, conciertos, castells y muchas otras actividades.

Hasta aquí llegan nuestros consejos para poder disfrutar de Barcelona en pleno verano, que esperamos que os sean útiles. A lo largo del curso que viene os presentaremos más propuestas con sitios de la ciudad para descubrir, lugares donde comer bien sin que duela la cartera y lo imprescindible que hay que conocer de cada barrio.

¡Disfrutad del verano!

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