Back

ESCI-UPF

“¿Qué tan bien te lo pasaste?”

Odín Dupeyron exhorta a los alumnos de ESCI-UPF a no buscar excusas y vivir la vida, que solo hay una

  • 18/02/2019
  • 2 mins reading time
Odín Dupeyrón durante su conferencia / Archivo: ESCI-UPF

En el marco de los 25 años de la creación de ESCI-UPF, Odín Dupeyron ha ofrecido una charla en la que ha recordado a la audiencia que vida hay una y hay que vivirla de la mejor manera posible, que a veces hay reveses que hay que saber superar, que no hay que buscar justificaciones y hay que mirar hacia adelante con optimismo.

Actor, profesor, guionista, escritor, filósofo, monologuista, conferenciante… Es difícil clasificar a un personaje como Dupeyron. Él mismo reconoce que la vida le ha golpeado duro y que eso le ha empujado a reinventarse en numerosas ocasiones. En cada momento vital le ha tocado hacer algo diferente. Y lo que nadie puede negar es que ha sido y es dueño de su destino.

En ESCIUPFNews tuvimos la suerte de charlar con él antes de su conferencia a la comunidad de ESCI-UPF y en ella, este polifacético mexicano, desgranó su pensamiento. Para empezar, considera que la gente ha de tener pensamiento crítico, que no es posible ni sostenible vivir en un mundo en el que los ciudadanos no se replanteen las cosas, comulguen con hechos, opiniones o actitudes que, por extendidas, se consideran irrefutables.

Dupeyron se rebela ante esa actitud vital que considera errática y profundamente desafortunada. Durante la entrevista, así como en la plática ante una audiencia cautivada por su seguridad escénica y torrencial vitalidad, tildó ese comportamiento de “pensamiento mágico pendejo”. Hay que aprender a refutar, a ser consecuente y fiel con uno mismo, a tener opinión propia, a no tener miedo a rebatir puntos de vista alternativos, dijo. Hay, en definitiva, que tener personalidad y demostrarlo actuando en consecuencia.

Dupeyron no entiende, y así lo dice siempre que puede, cómo muchos se empeñan en querer ver siempre la vida de color de rosa. Ese error es una estafa intelectual, pues la vida es “a veces injusta y dolorosa”, pero hay que aprender a sobreponerse y a superar obstáculos por duros que estos sean.

Él lo hizo, la muerte de una amiga, Pati, a su veintipocos años, le conmovió, le produjo una profunda y honda desazón, un mar de lágrimas lo inundó, así como una desalmada y detestable tristeza que lo secuestró durante días, semanas, sino meses. Pero un día, notó sequedad en los ojos y el mar de lágrimas se esfumó. Había pasado por una etapa de dolor, larga e intensa, pero de ella aprendió que no hay mal que 100 años dure. Y se reinventó. Y evolucionó. Y eso mismo recomendó a una atónita y seducida audiencia: que fuesen hacedores de su propia vida y dueños de su propio destino.

Fue en ese instante cuando señaló que lo más maravilloso (a la par que terrorífico) es que esa libertad de hacer o deshacer va siempre asociada a unas consecuencias. Es un signo de madurez encarar esas derivadas de la trayectoria vital de cada ser. Y animó al personal afirmando que “la única manera de tener recuerdos maravillosos es hacer cosas maravillosas”. De inmediato, retóricamente lanzó una pregunta a la que todo el mundo, revolviéndose en su fuero interno, intentó buscar respuesta: “y tú, ¿qué tan bien te lo pasaste?”

Conciencias soliviantadas, dudas existenciales puestas al desnudo, la audaz interpelación de Dupeyron dio que pensar. A todos: a profesores y alumnos, a hombres y mujeres, a jóvenes y adultos. Y hubo respuestas. Múltiples y variadas, pero fueron individuales, sinceras seguramente, pero secretas, personales e intransferibles. Cada uno se interpeló a sí mismo qué estaba haciendo con su vida. Fue, se mire como se mire, un canto a la vida, que Duyperon finalizó con otra mágica reflexión: “la vida parece cíclica, pero la vida es única, solo se tiene una vez 20, 30 o 40 años”.

Ese impulso a vivir la vida, a pesar de los sinsabores de la misma, son una razón de peso para ver la evolución del hombre en positivo. Y es que, para este polifacético mexicano, la evolución del ser humano, a pesar de los dientes de sierra, es positiva. Hay muchas miserias, mucho pensamiento mágico pendejo, pero Dupeyron cree “que la sociedad evoluciona y que avanzamos”.

El contexto actual es, según se mire, sinestro: ideologías intolerantes que alcanzan el poder y discursos mesiánicos que seducen a las masas. En definitiva, momentos en el que la manipulación y el engaño se imponen ante realidades complejas y poliédricas. Dupeyron, sin negar la gravedad del momento actual, quita trascendencia y confía en la condición humana. Ya ha visto a través de la historia, otros momentos tan o más oscuros, y considera que pasarán los años y los ahora ilusionados por esas ideologías que deforman la realidad y que sacuden las relaciones internacionales pasarán a mejor vida.

Entiende este libre pensador que volverán tiempos mejores, “como siempre ha pasado en el mundo”. Su fe en la condición humana es absoluta.

We also recommend you